Entre las hayas, las hadas traviesas de la llovizna derriban con sus deditos helados hojas muertas como sueños abandonados.
Lejos, tan lejos que podría ser en el recuerdo, alguien canta.
Es otoño.
... ¿Y qué?... Siempre es otoño - país de anochecida ...- en Sobrarbe.
Fuebla. Archivo de Severino Pallaruelo |