Una pequeña historia de amor con final abierto. Como la vida misma, si no fuese porque ése es un cuento que todos sabemos cómo acaba. Por eso, tal vez, el final no importe demasiado. Lo que de verdad cuenta de esta canción, de la vida, son las estrofas que aún hemos de escribir. El tiempo que nos queda para decidir si el río viene o el monte va. ¿O el tiempo que se nos va mientras lo decidimos?