A las niñas que han compartido
a su abuelo con
todo un país, las nietas de José Antonio Labordeta
Dicen que el fuego se ha apagado,
sólo hay ceniza en el hogar,
sólo ausencia y frío en las cadieras
y el adiós del sol mientras se va.
Se consumió la vieja tronca,
árbol de luz y eternidad,
dándole calor, ¡ay, tierra ingrata!
a tu corazón de pedernal.
MI PAÍS NIÑO SE HA PERDIDO
DE LA MANO DEL ABUELO, Y LLORA Y LLORA.
PATRIA PEQUEÑITA, CUÉNTAME:
¿LLORAS POR TI, O LLORAS POR ÉL?
NO LLORES MÁS, QUE YA NO ES HORA.
VEN A HUNDIR LA MANO EN EL HOGAR.
¡SIEMBRA EN EL VIENTO SUS CENIZAS!...
Y VERÁS QUE AÚN HAY BRASAS DETRÁS.
Quedará la llama de un recuerdo,
un rescoldo tibio en el hogar;
el sagrado fuego que ni el tiempo
ni la muerte pueden apagar.
Versos que arden tan adentro,
chispas que un día prenderán.
La canción que te quema en la boca
como un beso que no olvidarás.
MI PAÍS NIÑO SE HA PERDIDO
DE LA MANO DEL ABUELO, Y LLORA Y LLORA.
PATRIA PEQUEÑITA, CUÉNTAME:
¿LLORAS POR TI, O LLORAS POR ÉL?
NO LLORES MÁS, QUE YA NO ES HORA.
ENTRE TODOS HAY QUE LEVANTAR.
¡VAMOS, CON LOS SUEÑOS EN ASCUAS,
A UN LUGAR QUE PONGA: LIBERTAD!
Dicen que ya nunca llegaremos,
que la antorcha dejará de arder;
que aquél sueño, suyo y nuestro, nació muerto,
y que siempre giró el mundo así, al revés.
Que aquella tierra no ha existido,
que hay que olvidar y obedecer.
Se murió el abuelo, ¡fin del cuento!...
¡Ay, país, que es hora de crecer!.
¡CRECE, PUES, HONRANDO SU RECUERDO!
Y A LOS QUE AHORA DUDAN GRÍTALES:
¡VAMOS, QUE NOS TRAZÓ EL CAMINO.
ÉSA TIERRA EXISTE, Y LA VERÉIS!
¡CUENTALES QUE UN DÍA TÚ LO HICISTE!
¡QUE SE ENTEREN TODOS DE UNA VEZ
DE QUE UN NIÑO A HOMBROS DE SU ABUELO
PUEDE VER… TAN LEJOS COMO ÉL.!
Letra y música: Manuel Domínguez
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