Avispas en el cierzo

A los Rondabandarras, zaragocistas de pro,
avispas cuatribarradas del “Dispierta Fierro!”

Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero,
en la vieja Romareda,
primera línea de fuego.

¡Que el balón eche a rodar!
Como avispas zumba el cierzo.
Ni la Pilarica duerme,
ni el Ebro guarda silencio.

Todos gritan: ¡Zaragoza!
¡Oé, maña de mi amor!
Soy un gatico en tu alda
y en tu bandera un león.

Gritad todos. ¡Oé, maños!
¡Zaragoza y Aragón!
...el alma cuatribarrada,
y blanquillo el corazón.

Gritad fuerte: ¡Zaragoza!... (etc.)

Gritad todos: ¡Oé, maños!... (etc.)

Cuando ganas, la ciudad
huele a pólvora e incienso.
Y sabe a cuerno quemado
el día que vas perdiendo.

Aquí hay que echarle valor
donde otros echan dinero:
Si traspasamos al Ebro,
luego nos fichan al cierzo.

Nadie le tema a la fiera,
que la fiera ya murió;
en el tiempo de descuento
una avispa le picó.

Azulgranas y merengues
ya han probado este aguijón:
el que hace petar galaxias
como globos de color.

Gritad fuerte: ¡Zaragoza!... (etc.)

Gritad todos: ¡Oé, maños!... (etc.)

Mírame, estoy aquí.
¿Qué más da de dónde vengo?
No seré zaragozano;
zaragocista, ¡el primero!

Y hombro a hombro, junto a ti,
somos peña, somos pueblo,
rolde, ligallo, país...
¡Somos lo que va viniendo!

Nunca irás rondando a solas
por esos mundos de Dios.
Iremos siempre contigo...
por lo menos uno u dos.

Donde vayas, Zaragoza,
vamos mi bandera y yo
como una avispa almogávar
con las barras de Aragón.

Gritad fuerte: ¡Zaragoza!... (etc.)

Gritad todos: ¡Oé, maños!... (etc.)


¿Qué decíais?... ¡Zaragoza!
¡Eso mismo digo yo!
Y si lo gritamos juntos
nos van a oír, ¡sí señor!

Nunca rebles, Zaragoza.
¡Ni penalti, ni expulsión!
¡Nayim, escúpele al cielo,
y que caiga otro “Copón”!

Gritad fuerte: ¡Zaragoza!... (etc.)

Gritad todos. ¡Oé, maños!
¡Zaragoza y Aragón!
...el alma cuatribarrada,
y blanquillo el corazón.

... el alma, revolandera,
y blanquillo el corazón.

 

Letra: Manuel Domínguez
Música: Miguel Sorribes

 

La carta al frente, el Ebro mudico y la bella durmiente del Pilar, los aromas de la victoria y el pestuz de la derrota. La fiera que petó... y las que petarán. Como ya está todo cantado y dicho, lo repetimos con respeto, con orgullo. Lo citamos.

En tu alda: en tu regazo.