Pedrón.
Escartín, Sobrepuerto: En la sierra que separa el Gállego del Ara,
Serrablo del Sobrarbe, -comarca que recibe el nombre de Sobrepuer-
to- se aupan un puñadito de aldeas, todas ellas hoy deshabitadas, en-
tre las que se encuentra Escartín (el hogar de Pedrón), ...y también
Ainielle, el escenario de "La lluvia amarilla", la estremecedora novela de              Julio Llamazares.
Falsa:
desván. El "hábitat natural" de duendes, follets, diablillos y demás gente menuda de nues-
tras montañas. Corruscos: Los cantos del pan. Cadiera: En la cocina tradicional altoaragonesa,
el banco o bancos que rodeaban el hogar, donde la familia comía y hacía toda su vida. Ninóns:
Niños. Napias royas: Narices rojas. ( Pregunta para los niños: ¿Tendrá algo que ver el porrón
con "la encendida color" del apéndice nasal de nuestro amigo?). Le veo el culo al porrón: ...¡Eso
es que alguien lo ha levantado!. (Otra pregunta para los niños: ¿Quién, y para qué?) (...¡glup, glup!).
Vino rancio
:
Lo que había en el porrón hasta que (...¡glup!, ¡glup!) llegó Pedrón, y vosotros le
visteis el culo (...!al porrón!). El vino que duerme y dormirá su sueño de años en las viejas cubas
de este país hasta que -¡Tiembla, porrón!- llegue la ronda a despertarlo. ...Y si es la Ronda con
Pedrón.... ¡adiós porrón! Museo del Serrablo: Subiendo desde Huesca, a la entrada de Sabiñá-
nigo se encuentra El Puente. Desde la misma carretera se divisa una magnífica casa con hermosa
chaminera y todos los demás elementos propios de la arquitectura popular de estos valles. En ella
está instalado el Museo Angel Orensanz y Artes de Serrablo. ...Y en la falsa -su hogar desde
1992-, Pedrón. Reencontrar a un amigo siempre es buen motivo para visitar un lugar. Reencontrar
un país, un modo de vida y el recuerdo de unas gentes que se nos perdieron cuando cayó de golpe sobre estas tierras -país de anochecida- la sombra en la que todavía vivimos, es un motivo aún mejor. Yaya: abuela, apelativo afectuoso. Morral: Bolsa de pastor.
Manuel Domínguez
    sobre una historia
          y un personaje de

Enrique Satué
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Pedrón era un diablillo
que vivía en Escartín.
Allí arriba en Sobrepuerto,
en su falsa era feliz.

Robaba por los cajones
duros corruscos de pan,
y cuando dormían todos
los comía ante el hogar.

Quería a la abuela mucho,
y la abuela más a él;
caliente el culo a escobazos
le dejó más de una vez.

Si a los niños daba un susto,
a él le daban dos o tres...
¡Qué vida más "arrastrada"
la del duende montañés!.
...La fiesta se terminó.
¿Por qué la gente marchó?...
A solas en la cadiera
muchos años se aburrió.

Y un día, frente al porrón
le vino la inspiración:
-"Podría pasar sin corruscos ni vino;
pero sin ninóns, ¿qué hago yo?"...

Pedrón, Pedrón,
¡qué napias más royas tienes!
Pedrón, Pedrón,
¡le veo el culo al porrón!
Pedrón, Pedrón,
los niños te necesitan,
Pedrón, Pedrón,
¡sal de esa cuba, ladrón!

Gemían los escalones
cuando al fin marchó Pedrón.
La cuba de vino rancio,
de vinagre se volvió.
En cuanto cerró la puerta
un quejido se escuchó;
hincó la rodilla en tierra
la casa, y se derrumbó.
Llorando, pobre diablo,
llegó incluso hasta París.
-"En esta tierra sin duendes
ya no hay sitio para mí".

-"Los yayos en residencias,
los papás, ¡a producir!.
La "tele" es quien manda en casa:
-...!Menos cuentos, y a dormir!"

Entonces lo decidió,
-sin ayuda del porrón-;
al Museo del Serrablo
como guía se ofreció.

En la falsa se instaló,
y a los niños conquistó:
-"!Rediós, estos críos, -decía riendo-,
son más diablillos que yo!"
Pedrón, Pedrón,
papá no juega conmigo.
Pedrón, Pedrón,
¡nos cría el televisor!.
Pedrón, Pedrón,
los niños te necesitan.
Pedrón, Pedrón,
¡sal de la falsa, ladrón!

Al fondo de una vitrina
del Museo descubrió
aquel escobón de yaya
y la cuna del ninón.

Guardián del tesoro humilde
de su mundo que acabó,
mostrándoselo a los niños
volvió a ser feliz Pedrón.
Pero un día, en las noticias
vió algo que hacía llorar:
que en el mundo hay muchos niños
maltratados y sin pan.

Llenó el morral de corruscos
y se puso a trabajar.
...Donde un niño pase hambre,
búscalo, y lo encontrarás.

...Y aquí acaba la canción.
¿Qué habrá sido de Pedrón?
Si subes al Pirineo,
ve al Museo, y dímelo.

...Tal vez esté, o tal vez no,
va y viene como un yo-yo
por el "mundo alante",
llevando a los niños
corruscos de pan y de amor.

Pedrón, Pedrón,
¡no te creas que estás solo!.
Pedrón, Pedrón,
¡yo quiero un mundo mejor!
Pedrón, Pedrón,
los niños te necesitan,
Pedrón, Pedrón....

Pedrón. Pedrón,
alguna vez, ven por casa.
Pedrón, Pedrón,
...¡que yo te guardo el porrón!