Paso doble... ¡y poco a poco!
Cuando llueve, esta ciudad
se vuelve un río gris
de coches y paraguas.
Barrancos de soledad
con gentes que giran
como tronco en riada.

Así iba yo,
y la noche delante,
-camino de sombras-,
gira, girando.
Así, tú tan y tan lejos,
tan lejos esos montes,
y además, además,
lloviendo tanto.

Entonces, un trueno
hizo estallar la noche,
...¡y vaya con el trueno!,
¡si era, niña, una palabra!

Dentro de un charco
donde se habían zambullido
saltaban dos niños,
y su madre les reñía.

Sus voces,
y la voz del trueno también,
y la lluvia y la fuente,
hablaban en nuestra lengua.

El ruido de la ciudad
se hizo música,
y los árboles, libros
llenos de hojas, cierzo y canciones.

¡Ni los gritos del ignorante,
ni el silencio de las leyes
ahogarán la voz
que habla aragonés!

¡Bah, niña, esta ciudad!...
"Escuela de calor":
¡Novillos hace el paraguas!
Aquí no llueve ya,
-no llueve mucho
ni llueve nada-...
¡Que no llueve, maña!

¿No volveré a oir
tamborilear en la ventana
alguna tronada,
ni a decir tu nombre,
bailando en la noche
con esas mudanzas
del agua?

...Y los truenos, ¿para qué?,
si ahora sé de sobras
que es más grande que un trueno
el sonido que hacen algunas palabras.

Si ahora sé que este país doliente
ha de hablar por siempre
su lengua - que es la nuestra-.

Y sé también que no basta 
con saber;
no son nada sin gente
que las hable y viva, tierra y lengua.

Hará falta luchar,
hacer país y hablar.
¡Hacia el futuro!:
Paso doble... ¡y poco a poco!

Muchacha, ¿quieres bailar?...
¡Oigo a las hadas cantar!
Sueño contigo
y esa escuelita en la montaña:

Tú estás en la pizarra...
¡y los que cantan son ellos!:
Niños y niñas,
¡semillas del aragonés!

 

Letra: Manuel Domínguez
Música: Miguel Sorribes